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Nuevo ministro de Agricultura: Negacionista de informes científicos sobre deforestación en Paraguay

  • Foto del escritor: Akahata Comunicación Digital
    Akahata Comunicación Digital
  • 1 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

El nuevo titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) Santiago Bertoni no representa novedad alguna para la cartera, al contrario forma parte de la vieja y conocida política de los gobiernos colorados de privilegiar, alentar, proteger y no gravar al agronegocio y la ganadería pese a los demostrados daños ocasionados al ambiente por este modelo económico.


Días atrás, todavía como Viceministro, Bertoni afirmaba que el hecho de tener una ley que prohíbe la deforestación del 25% de las áreas boscosas refutaba el informe sobre la deforestación en nuestro país, desestimando la enorme brecha entre las legislaciones y lo que en verdad sucede.


Santiago Bertoni es hijo de Hernando Bertoni, quien fuera Ministro de Agricultura del Dictador Alfredo Stroessner y del General Andrés Rodríguez.


Una de sus principales preocupaciones es que estas publicaciones científicas dañan la imagen de un país ubicado entre los principales productores de alimentos del mundo, según manifestó en una entrevista para el medio Abc Color.


También en entrevista reciente para el canal NPY refirió que la agricultura y ganadería sostienen la economía nacional, y que sería el sector que pague las deudas públicas contraídas durante la pandemia, sin embargo, olvida que uno de las principales causas de la pobreza en nuestro país es el modelo de alta concentración privada de tierras, su alto impacto en la destrucción del ambiente y que al día de hoy las deudas públicas son pagadas por impuestos indirectos, nuevos impuestos al salario y al pequeño empresario, los sectores ganaderos y del agronegocio prácticamente no aportan al Estado.


En las entrevistas había manifestado que el sistema de producción ganadera silvopastoril secuestra carbono. La producción ganadera silvopastoril a la que hace referencia tiene como uno de sus principales componentes el eucalipto, así lo demuestran proyectos como PROEZA. La Federación Paraguaya de Madereros (Fepama) estima que cerca de un 80% de las industrias locales ya utilizan materia prima proveniente de plantaciones forestales, que en su mayor parte son de eucaliptos. La Comisión Especial de Apoyo al Plan Nacional Foresta alienta iniciativas de reforestación con eucalipto. Mientras que el Plan Nacional de Reforestación prevé 450.000 hectáreas de bosques plantados, el área de reforestación en Paraguay está calculada en unas 130.000 hectáreas.


Pero es importante tener en cuenta que sus elogios hacia la producción silvopastoril como secuestradora de carbono desestiman otros aspectos ecológicos, como que el eucalipto, como toda especie invasora/no nativa, se adapta al nuevo medio provocando graves desequilibrios, sobre todo en los recursos hídricos subterráneos, pues consume gran parte del agua que se acumula en el subsuelo y que evita que crezca vegetación a su alrededor. Las fuertes raíces superficiales de algunos eucaliptos, indican que los mismos compiten vigorosamente con la vegetación inferior y con los cultivos vecinos, en situaciones de escaso abastecimiento de agua.


Desde la comunidad científica han advertido que internacionalmente, de manera errónea, se está calificado como “bosque“, sin distinción, tanto al bosque nativo natural, como a la plantación de monocultivo. Por ello no es de sorprender que el Gobierno reporte como cobertura boscosa las hectáreas de eucalipto que se planta y se planea seguir plantando, motivados más por el aprovechamiento en el sector privado de su madera, que va desde madera aserrada y productos elaborados de la madera hasta combustible de gran valor calorífico.


Estas declaraciones de quien hoy es el flamante nuevo ministro de Agricultura y Ganadería van de la mano con la política del gobierno que lo nombra, que justifica a toda costa el manejo agroganadero privado del país, eso sí, con un discurso ambientalista pero sin visión ecológica que, por ejemplo, llama bosque a las plantaciones y pretende sustituir funciones ecosistémicas cuantificando valores sin entender que la clave de la biodiversidad está en las interrelaciones.


Además sus declaraciones lo colocan entre los negacionistas de informes científicos. Emiten comunicados desmintiendo informes internacionales sin ofrecer elementos que realmente los refuten.


Más que de este gobierno, esa visión es incluso histórica, mientras se siga con el pensamiento lineal que segmenta lo productivo/lucrativo por un lado y la conservación por el otro, será difícil avanzar hacia la sustentabilidad, para ello habrá que animarse a darle ciertos disgustos incluso a los pesos pesados de la economía, y estas posturas no parecen apuntar a ello.



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