El odio, camino a ser pandemia nacional.
- Akahata Comunicación Digital
- 24 jul 2020
- 2 Min. de lectura
pOR Christopher Valiente.

En estos días de cuarentena el miedo, la desesperación y el nerviosismo de la gente afloran, lo cual es comprensible, pues estamos obligados a quedarnos en casa -quienes tenemos una- para así poder cuidarnos entre todas y todos.
Lo malo es que detrás de toda esa histeria que se puede generar en este periodo, van saliendo a la luz grandes sentimientos de odio hacia distintos sectores -en la mayoría de los casos, los menos privilegiados- que son incentivados aún más por las autoridades nacionales y las fuerzas policiales, más específicamente, los linces.
Se viralizan en redes sociales decenas de videos donde los mismos agentes graban a personas, a las que encuentran en las calles, forzándolos hacer cualquier tipo de ejercicios y obligándolos a decir “ya no voy a salir de mi casa, señor lince” o cosas parecidas. Una humillación totalmente innecesaria y que escapa a cualquier ley, protocolo o proceso existente que, sin embargo, es aplaudida por gran parte de la población y llamativamente, hasta ahora no vimos que ninguna de esas personas detenidas haya sido alguien a quien se le bajó de su camioneta para hacer “palomita”, sino que personas en moto, a pie, o hasta indigentes que ni siquiera tienen a dónde ir.
A esto podemos sumarle el cierre total de fronteras anunciado por el ministro del interior, Euclides Acevedo, por orden del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, luego de una insistente campaña en redes sociales por parte de ciudadanos paraguayos, que, sin importarles dejar varados a sus propios compatriotas en el exterior, logran negarles el derecho constitucional (luego salen a defender la constitución, solo cuando se trata de sus intereses) de entrar a su propio país.
En nuestro país, es conocida la gran cantidad de personas que debieron dejar su tierra por cuestiones de estudio, de trabajo o hasta por salud, ya que sabemos lo precario de nuestra educación, mercado laboral y sistema sanitario. Aun así, queremos negar la entrada a miles de paraguayos y paraguayas a su tierra. Me resulta impresionante cómo la gran “hospitalidad y solidaridad paraguaya” que tanto enaltecen se derrumba tan rápido, aunque, a decir verdad, no recuerdo bien cuándo realmente existió entre nuestra propia gente.
Este tema del coronavirus no es una joda y hay que tomarlo realmente en serio, debemos acatar las medidas sanitarias, pero es el gobierno el que debe velar por todos los paraguayos y todas las paraguayas porque es su responsabilidad. Debe establecer los protocolos necesarios para compatriotas llegados de otros países, encargarse de que se cumplan como corresponde. Pero esto tampoco debe dejar espacio para usarse de excusa y establecer un sistema autoritario.
Abuso de poder, egoísmo, falta de empatía, festejo de la violencia innecesaria entre otras actitudes que atentan contra la integridad de las personas es lo que está evidenciando esta cuarentena, que nos protege del COVID-19, pero en demasiadas personas saca a relucir un gran odio, un virus que puede ocasionar una pandemia nacional mucho más peligrosa. Ojo con las medidas y las acciones que se vayan tomando, porque cuando las medidas sanitarias terminen, puede dejarnos grandes consecuencias sociales que van a terminar afectándonos más y por un tiempo más prolongado, siempre, a los sectores más vulnerables.
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